Se trata de una receta laboriosa, aunque sencilla, donde los tiempos no son demasiado importantes y donde sustituimos la pasta de la lasagna tradicional por láminas de calabacín y berenjena.

Ingredientes:

Para el relleno:

• 500 gr de tomate
• 150 gr de cebolla
• 1 puerro
• 1 diente de ajo o 2 ajetes
• 100 gr de carne picada de ibérico
• 200 gr de carne picada de ternera
• 1 hoja de laurel
• Tomillo
• Sal y pimienta
• C.s. de azúcar

Para la Bechamel:

• 80 gr de Roux (40 gr de harina y 40 gr de mantequilla)
• 1/2 litro de leche

Para la Lasagna:

• 1/2 litro de bechamel
• Relleno de carne
• 1 calabacín grande
• 1 berenjena
• 1 cucharada de mostaza de Dijon
• 50 gr de queso Gruyere rallado
• Sal y pimienta

Preparación:

Pelamos la cebolla, limpiamos y lavamos el puerro y los ajetes y lo picamos todo muy fino. Hay que tener en cuenta que aparecerá en el final y siempre es desagradable encontrar grandes trozos.

Ponemos todo a sudar en una sartén con un poco de aceite. Mientras tanto, salpimentamos y mezclamos la carne picada y en una sartén con aceite de oliva la salteamos a fuego fuerte, no queremos que se cueza y empiece a soltar agua. Una vez tenga un poco de color, la sacamos y reservamos.

Pelamos los tomates, les quitamos las pepitas y trituramos, aunque podemos sustituirlos por tomate triturado de lata. Cuando la cebolla esté sudada, le incorporamos el tomate, mezclamos bien, le añadimos un poco de azúcar, una hoja de laurel y un ramillete de tomillo, si bien ambas cosas las retiraremos con posterioridad. Tapamos la sartén con una tapadera que deje salir el vapor o con un Cartouce de papel, la ponemos a fuego bajo y lo dejamos hacer hasta que veamos que la cebolla ya no está crujiente y ha evaporado suficiente. Entonces, le incorporamos la carne y lo dejamos otros 5 ó 10 minutos, lo retiramos y lo tapamos.

Tenemos el Roux para la bechamel ya hecho, cortamos un trozo del peso especificado, ponemos a calentar la leche, con un poco de sal y pimienta, y hacemos la bechamel (ver receta de bechamel), la probamos para ver cómo está de sal y rectificamos si fuera necesario. Finalmente, la reservamos tapada con un film en contacto.

Encendemos el horno a 160º con aire, si tenemos, y si no con la parte superior e inferior. Mientras se calienta, preparamos la berenjena y el calabacín, ponemos en una bandeja de horno un papel sulfurizado que impregnamos de aceite, sobre él colocamos las rodajas de berenjena, que hemos cortado con piel incluida después de lavarla bien, le damos aceite por encima con la brocha y sobre esta bandeja colocamos otra en la que situamos las tiras de calabacín que hemos cortado también, con poca cantidad de aceite por encima y por debajo. Seguidamente, metemos las dos bandejas en el horno, que ya está caliente, y las dejamos a que se precocinen. No podemos hacerlas del todo porque no las podríamos manejar para hacer el montaje de la lasagna y, además, porque el que tengan una textura un poco al dente, hace que al morder se asemejen a la pasta.

Mientras se hacen, recalentamos la bechamel sin dejar de mover y ponemos la mostaza en la carne, moviéndolo bien. Pasados unos diez minutos, sacamos del horno la berenjena y el calabacín y la montamos. Empezamos cubriendo la base con la berenjena, encima ponemos una fina capa de la carne, luego cubrimos con calabacín, de nuevo la carne y así por dos veces, aunque pueden hacerse menos capas si se desea.

Cubrimos de bechamel, rallamos el queso y lo ponemos encima, lo introducimos en el horno, hasta que el queso se deshaga y se dore un poco y, en ese momento, la sacamos.

A mi me gusta dejarla reposar entre unos diez o quince minutos, si bien estará muy caliente aún.

Es importante que la mezcla de la carne y el tomate esté bastante seca, puesto que la verdura soltará algo de agua que hará que no esté tan seca y, al cortarla para servirla, no soltará líquido.

Espero que os guste.