Ingredientes:
- 250 gr de morcilla de Burgos
- 50 gr de compota de manzana o mermelada
- 150 gr de pimientos de Piquillo en aceite (un bote o lata de pimientos)
- Hojas de brick (lo venden en paquetes de rollo o en hojas, no se usará entero)
- Un huevo
- C.s. de miel (puede no ponerse)
- C.s. de aceite
Es una receta para aperitivo caliente que no tiene demasiada complicación. Si es la primera vez que te enfrentas con las hojas de brick, puedo decirte que son muy sencillas de utilizar, que las puedes rellenar de mil cosas, las lógicas y cualquier otra cosa que se te ocurra, aunque lo que pongas dentro debe de estar ya cocinado al meterlo porque en el horno, que es donde se dora y se hace crujiente, va a estar poco tiempo.
El crujiente de fuera se consigue con aceite o con huevo, aunque a mi me gusta pincelarlo con aceite y en ambos casos, si tengo, lo mezclo con un poquito de miel, que le da un punto más crujiente.
Lo primero que haremos es preparar el relleno. La morcilla, que la hemos abierto y pasado por la sartén hasta que está hecha, es una magnífica morcilla de Burgos que me trajo mi amigo Luis Casas. Una vez cocinada, la reservo a que temple.
Tenía también en casa compota de manzana hecha (puedes poner mermelada) para darle un contraste a la morcilla y así tener dos distintas sensaciones: la morcilla, en ambos casos, un poco picante con el dulce de la manzana en una modalidad y en la otra con el sabor de los pimientos de Piquillo en aceite. He de decir que ambas estaban buenísimas y ha habido dudas de cual de las dos era la mejor.
Una vez hecho esto, sólo tenía que hacer el montaje que os explico:
La técnica que necesitas saber.- La forma de hacer los pequeños paquetes es sencilla. Las normales son dos, en cuadrado o en triángulo, aunque se puede hacer en rollito como veis en las fotos. Al final, lo que hacemos es un paquetito de comida rica que envolvemos en un envoltorio y que se vuelve crujiente en el horno.
A continuación, prepararemos en un bol un huevo batido con un poco de miel, si tenéis, colocáis las tiras de brick en una superficie limpia y lo pinceláis con el huevo, eso va a hacer que nuestra brick tenga una cierta adherencia porque, aunque es muy dócil, no se pega sola. Aquí veis un esquema sencillo de cómo se hacen ambos paquetes: los triangulares con una sola tira de unos 4 cm de ancho y el cuadrado con dos tiras de esa misma medida.
Colocamos el relleno en el sitio y cerramos nuestros crujientes, los vamos reservando y mientras calentamos el horno a 170º. Cuando los tenemos todos, en una bandeja con papel sulfurizado los colocamos y los pincelamos con un poco de aceite (con un poquito de miel si tenéis). Dependiendo del horno, tardarán unos 10 minutos en dorarse, los sacamos y a comer.
Una vez que tienes esa técnica, nada te impide hacerlos de otras cosas, por ejemplo un puré de patatas con un poquito de pimentón de la Vera, aceite de oliva virgen y un trocito de pulpo, un taquito de bonito al que le has dado un poquito de calor en la sartén con un poco de pisto o tomate frito, una Duxelle de setas, etc… Hay mil cosas que se pueden meter dentro y sorprender a tus comensales.
¡¡¡Espero que os guste!!!